Microbioma y Uveítis
Aunque parezca increíble, en nuestro cuerpo hay más células microbianas que células humanas. Se estiman alrededor de 100 billones de células de microbios que viven como huéspedes en nuestro cuerpo. Todos estos gérmenes (y su material genético) es lo que se denomina microbioma.
La mayor parte de estos silentes pasajeros se encuentran a nivel intestinal, pero los tenemos también en otros lugares como la piel o la vía respiratoria.
La relación entre estos gérmenes y nosotros es muchas veces beneficiosa para ambos. Nosotros le otorgamos un “hogar” y alimento. Ellos por otro lado, nos ayudan a defendernos de otros microbios más agresivos, nos ayudan a digerir alimentos, participan en la fabricación de algunas vitaminas y ayudan a la regulación del sistema inmunológico.
La evidencia científica del efecto del microbioma en nuestro organismo aumenta día a día. Enfermedades como la obesidad, artritis, diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal e incluso la depresión podrían ser influenciadas por nuestro microbioma.
En lo que se refiere a procesos inflamatorios oculares, como las uveítis, hay experimentos realizados en ratones con resultados sorprendentes. Experimentalmente, es posible producir uveítis en algunas cepas de ratones. En estos estudios, los roedores a los que se ha manipulado su microbioma intestinal con antibióticos o alimentándolos con bacterias “buenas” (probióticos), desarrollan inflamación significativamente menor en comparación a sus hermanos alimentados normalmente.
Lo anterior abre una ventana terapéutica completamente nueva, en la que más que disminuir la respuesta de nuestro sistema inmune con diferentes medicamentos, se busca inducir la tolerancia hacia tejidos propios, al administrar bacterias “buenas” o destruir aquellas “malas” o proinflamatorias.
Por último, es importante advertir que en el mercado ya existen varias formulaciones de probióticos disponibles. Sin embargo, aún no está claro cuáles son las bacterias más apropiadas ni la cantidad que se debe usar para prevenir o disminuir procesos como la uveítis. Esperemos que la ciencia nos aclare en un futuro próximo alguna de estas preguntas.
Publicado en mayo 2020